“Me gustan las personas que tienen que luchar para obtener algo. Los que, teniéndolo todo en contra, salen adelante. Esta es la gente que me fascina. La gente fuerte”
– Isabel Allende
Provengo de una parentela que lucha sus causas. Soy mujer, negra y latina….una rica e increíble historia de entrega, perseverancia, y transformación afloran ineludiblemente en mí; inicia desde mis entrañas hasta cubrir mi piel, resonando en mis huesos. Es con fuerza y pasión que conjuro las palabras para comunicar: quién soy, y hacia dónde voy. Como mujeres latinas, compartimos una historia de luchas, conquistas, formación, y crecimiento. Nuestra etnia, de origen heterogénea, se cruzó en la historia para dar paso al nacimiento de una raza, colectivo cultural que se une por su lengua, valores y conciencia de comunidad. Podemos sentir la conexión con nuestros países hermanos, y un orgullo especial cuando se reconocen los éxitos, logros o aportaciones de las mujeres latinas; y empatizar con el dolor y las pérdidas de nuestros hermanos y hermanas.
Somos parte de la misma semilla, cuyo fruto germinó, extendiéndose a través de una coqueta geografía, que diseñó nuestras islas y países. Nuestra comunidad latina se ha mantenido en lucha, y ha batallado con cambios políticos, económicos, culturales…una revolución de pensamientos que ha dado paso al crecimiento, transformación; que nos ha entregado una óptica diferente para entendernos como una sola comunidad.
Las mujeres latinas hemos caminado por diferentes trayectos, trascendido múltiples obstáculos; ( componentes socio-económicos, culturales, políticos), pero han sido vencidos por la fuerza que nos caracteriza como una comunidad sólida, que se ha distinguido por su presencia en todos los ámbitos a nivel mundial.
Desde activistas como Rigoberta Menchú, guatemalteca, luchadora por los derechos indígenas y humanos, ganadora del Premio Nobel de la Paz; Frida Kahlo, mexicana, artista; las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa) dominicanas, que lucharon en contra del régimen político en su país, fueron asesinadas, pero dejaron un legado, un movimiento que despertó la conciencia y la lucha en contra de la violencia hacia las mujeres.
Isabel Allende, escritora chilena, su aportación al crecimiento cultural y la literatura continúa. Ana Roqué y Geigel Duprey puertorriqueña, escritora, educadora, científica y una de las fundadoras de la Universidad de Puerto Rico, también fundó la primera organización feminista, la Liga Feminista Puertorriqueña. Nilita Vientós Gastón, puertorriqueña, abogada y literaria fue la primera mujer en desempeñarse como abogada en el Departamento de Justicia.
Mónica Puig, deportista, Alexandria Ocasio, activista y política, Sonia Sotomayor, la tercera mujer y la primera latina, puertorriqueña, en ocupar una posición de Jueza Asociada en el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Ximena Galarza de Bolivia y Amaya Coppens de Nicaragua fueron galardonadas con el premio Mujeres de Coraje 2020, que se les otorgó en EE.UU por su labor en sus respectivos países como activistas. Les confieso, que espero que al igual que yo, ustedes se llenen de orgullo al leer estas líneas. Hablamos de mujeres latinas y nosotras somos parte de esa comunidad. Pertenecemos a una comunidad de mujeres poderosas, que promueven el cambio, que luchan por los derechos humanos, que aportan sus talentos, conocimientos y recursos.
Eduardo Galeano dijo: “Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”. Hemos demostrado como unidad, y colectivo, que somos fuerza creadora. Somos emprendedoras, activistas, madres, hijas, educadoras, artistas, científicas, poetas, cuidadoras, líderes. Existen muchas definiciones de la palabra latina, que hacen referencia y nos unen por el idioma o geografía. Para mi ser latina es más… es parte de mi herencia, legado, origen, parentela. Ser latina es pertenecer a una comunidad que ha crecido en la lucha y que ha emergido con fuerza. Nuestras luchas nos han dado visibilidad, no solo en nuestros espacios, sino que hemos trascendido a nivel mundial.
Mi linaje emerge de la lucha. Promovemos el cambio y aportamos al crecimiento de nuestras familias, países y comunidades. Este es también tu legado, es parte de nuestra historia. Aún nos queda por hacer, crear y crecer. Soy mujer, negra y latina. Nuestra oportunidad de crear, construir, aportar, y desarrollarnos es ya! Dice un proverbio chino: “Aquél que lo piensa mucho antes de dar un paso, se pasará su vida completa en un sólo pie”. ¡El mejor momento es el presente y es ahora nuestro tiempo!
Author Lcda. Keila C. Arismendi, M.A Published on May 11, 2020 at www.mujeresconvision.com